Puedes encontrar más de doscientastreintayocho cosas en común con una persona... si te esmeras en encontrarlas y tener solo dos que sabotean la afinidad para convertirla en repelente.
La forma de reirse, de colocar las manos, de decir unas dos tres cuatro palabras, tan envenenantes como un perfume exquisito o tan venenosos como la black mamba.