jueves, 23 de julio de 2009

Precipitarse

Rato tiene que no me aviento a ver si vuelo.

Rato tenía.

Esa vez que Alets me contó su historia de dudas interminables con su novia-ex-novia recuerdo la analogía del precipicio.

Aviéntate le dije, no sabes si en el trayecto de la caída te salen alas o te detiene una rama, o traías un paracaídas automático, o no hay vacío sino agua, o a lo mejor no pasa nada de eso y sigues hasta qe tocas el suelo, pero y si no hay suelo?

Nomás estás paradito en la orilla, viendo hacia abajo pensando lo largo del trayecto, sintiendo la corriente de aire que te empuja y te detiene.

Aviéntate le dije.

Me aventé.

Bienvenida a las nubes.