Cada vez pierdo más la memoria.
Me encanta recordar situaciones, revivir conversaciones e inventarles respuestas que no dimos, pero de repente se me olvida.
Tengo memoria selectiva, y casi siempre selecciona olvidar las buenas frases que llegan por la noche que con seguridad servirían como inicio de un buen momento de dispersión de ideas alrededor del primer punto.
Hay cosas que hubiera preferido no olvidar.
El hecho de que no lo recuerde no significa que lo haya olvidado.
Espero.
Me gusta cuando despierto contenta.
lunes, 13 de octubre de 2008
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