viernes, 1 de octubre de 2010

Enough is never enough

Si no duele, no sirve.
Tener la filosofía del "estira hasta que se rompa pero sin romperlo" es una forma de vida que más que aspiracional es desgastante.
¿Cómo saber cuándo es demasiado?
Por un lado se escucha la tendencia del abandono, de rendirse más rápido porque nuestra sociedad da otra opciones, porque las ideas se han esparcido y han dejado de lado el pensamiento de no rendirse, de no darse por vencido y seguir por el mismo camino hasta llegar
¿a dónde?
cuando en un mundo de caminos elevados y subterráneos que han dejado el camino con obstáculos para solo un par de pendejos que deciden seguir por ahi y llegar traqueteados al otro lado
¿o no son un par de pendejos y son el par que deciden que el reto es superable?
No sé
A veces es confuso.
¿Cual es la fórmula para saber cuándo ya no da para más?
No hay fórmula, y nos chingan la existencia con eso.
Y si decides sucumbir ante la duda, te fregaste.
No hay más y el reto deja de ser reto y se convierte en pregunta del externo yo interno que repite si no estarás picando donde ya no hay piedra y tu cincel está roto.
Ni con las manos ensangrentadas podrías tener la sagacidad para notarlo.
Personalmente mi interno Jekyll sigue quedándose con la idea romántica de seguir trabajando el músculo hasta conseguirlo.
Si no duele, no sirve.
Si no lo recuerdas, tampoco.






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