jueves, 13 de marzo de 2008

El comentario cursi de la semana

Ayer fui a comer un caldo de gallina con Mauricio.
Mauricio me hace sentir bien cada que puede..... diario. A veces si yo no fuera yo y tuviera que aguantarme a mi yo, con mucha seguridad saldría corriendo después de escupirme.
La enfermedad de la semana estuvo intensa. Tuve un lunes y martes (aparte de luto) lleno de cansancio físico y mental escarchado por una infección en la garganta de los mil demonios.
La fiebre provoca escalofrios a cada rato.
He pensado qe los escalofríos son como descargas eléctricas que avisan de un temblor, como una máquina que avisa 2 minutos antes el terremoto, el tornado, como la ola de 10 metros que indiscutiblemente te va a absorber antes de que termines el estornudo.
La fiebre me hace pensar en dolor, y pensar en dolor me hace sentirlo, y si siento dolor me duele la cabeza y me ahogo.
Cruzamos la calle de Chapultepec para llegar al restaurant. -Te va a hacer bien un caldito.
Seguro.
Ordenamos y platicamos. Hablo poco cuando tengo tos porqe me hace llorar cuando me ahogo y se me seca la garganta. A veces también no sé que decir, mis pensamientos hormonales no son del todo fidedignos.
Entraron dos señores con guitarritas, se ilumina mi cara y dejo la cuchara esperando la melodía. Noto el error del de la izquierda, se detienen y vuelven a comenzar la misma canción.
Con la vista al frente lo decido y lo expreso: quiero que me lleven serenata con un trío, en una noche que no haga frío y que no se festeje nada especial (especialmente mi cumpleaños). Sin regalos y sin intenciones, una serenata sana, y si no existe yo me la invento.
Que me canten alma, corazón y vida y flor de azalea, si se puede la niña de guatemala también.
A partir de esta noche vestiré pijamas lindas por si tengo que salir a recibir a los cantores.
Comienzo actuando como si ya lo tuviera y lo tendré.
O al menos lo soñaré y sentiré ficticiamente una satisfacción inexistente de mi momento cursi anhelado públicamente.
Un día que me invada la amargura o tenga hambre y no me lleven a comer mis niños, vendré y leeré y me voy a dar verguenza.

1 comentario:

gerylico dijo...

Amo las serenatas! Siempre he querido vivir en un departamento con balcón pa que me lleven serenata, pero no, no sucede. Solo una vez me llevaron serenata y lo disfruté, aunque cosa rara, a veces odio el mariachi...