jueves, 24 de enero de 2013

Depuración

Honestamente siempre menosprecié eso de terminar una relación y hacer tiradera y quemadera de todos los artículos que dejó a su paso el YA NO significant other. Se me hacía una reverenda mamada ya que en su momento las cosas que se irián en ese torbellino de ira y complejo de permanencia a la inversa, fueron parte de esas cosas que uno saca y saca para recordar y sacar sonrisitas de esas de baboso.
Borrar de las redes sociales, números telefónicos, fotos a la basura y demás, no se me hacía tan liberador como la gente lo vende.
También debo confesar que un tiempo de mi vida tuve una acumuladora amarrada dentro de mi lóbulo izquierdo, y pensaba que en algún momento podía utilizar y valorar lo que no había tirado.
Vaya, en efecto, cae más pronto un hablador que yo, y me descubrí buscando la factura de mi carro para mi declaración inicial, encontrando a mi paso un sinfin de post-its de colores, envolturas de chocolates, recaditos en papelitos y pendejadita y media en una caja que aparte tenía fotos.
Qué liberador! romper sin ira, sin emoción, sin rencor, sin odio. Sólo para hacer espacio, espacio que me quitaba un pedazo de vida y que, con seguridad, me quitaba un espacio de plenitud, sin que me diera cuenta. Eran el punto ciego de mi carretera del amor.
Ya encarrerado el ratón, hoy por la mañana le di ese valiente unfollow en tuiter al ex, y cuando me disponía a hacerlo en facebook, ya no lo tenía como amigo, supongo que se me adelantó en la carrera de la madurez ese muchacho.
Así es esta bucle en su brand new feminine side.

martes, 22 de enero de 2013

No me espíes



Lunes 28 de mayo 2007.
Llega un momento en el que dejo de sentir culpa y se convierte en cinismo y un intento de remordimiento de conciencia.
No lo logra.
Absurda es la idea de volver a lo que era. Lo extraño de igual modo, pero me resigno y asumo mis consecuencias. Si de por sí algo iba a perderse, habrá que sacar algo bueno de lo que no se recupere.
Carezco de vergüenza y la memoria a veces me traiciona. De vez en cuando llegan flashazos de locura mientras fingiendo lucidez escucho atenta las palabras de mi cabeza que se mezclan con imágenes mientras otra lengua se esmera en concentrarme en su tema.
No quiero que se acabe. Egoísta sueno y me siento díscola. No me importa. Cansada de la frustración guardar cotidianamente en el deber, sale mi maldad sin afán de medirse a discresión.
No te culpo ni te señalo, ni lo hago en el espejo. Hoy respiro con más calma, la garganta no duele más. De ansias muero sin contenerme. Ni modo.

18 de julio de 2007
Te extraño y me da pena escribirlo como si me fuera a exponer y pudieras humillarme.
Hoy lloré porque te extraño, y me hacen falta las pláticas vacías y las visitas espontáneas, los bailes que nadie ve y las risas sinceras, los abrazos apretados y despedidas largas, la sensación de la oreja sobre tu panza sintiendo la respiración y los problemas compartidos cargados por dos pares de hombros.
Extraño cenar juntos y esmerarme en la comida, los bailes de salón jamás bien aprendidos y las lenguas en la cara. Extraño las autofotos y el acomodo del cabello para los besos en la cabeza, extraño mi intromisión y mi secreta unión a la familia, extraño las memorias y el cine, extraño los antojos y los paseos por las calles, las canciones y los gritos.
Y lo más extraño es que recuerdo la ultima pelea como tal, que terminó en un abrazo interminable y dejarme sin palabras a mi que nunca paro de hablar.
Extraño los piropos y lo compartido de las cosas, extraño las mañanas desveladas. Pero las risas, eso es lo que más extraño. Es raro como la gente cambia y hemos cambiado, no supe cuando lo bueno se hizo irremediable e irreparable, aún lucho contra la actualidad, no sin haber sido advertida que los limites no deben cruzarse, siendo yo implacablemente tentada a traspasar lo permitido, viéndolo siempre como algo trivial. No será igual, ni mejor, ni peor, ni gloria, ni tormento, sólo vacío, asumo mis consecuencias pero no podré dejarlo como una decisión que no afecte mi forma de comportarme, no pude resistir pensando que la tela donde nos mecíamos parecía tan resistente y resultó ser inexistente, no me arrepiento, sólo nostalgia siento, y vuelvo a extrañar.

Justo cuando terminé de leer esto de mi celular sonó con un mensaje de la persona que inspiró estos manuscritos, hoy, el 22 de enero de 2013.
Me asusté. Me alegré.



martes, 15 de enero de 2013

Yo ya sé

Encontrado en una libreta de Van Gogh, desconozco el año.
Parte de la colección de historias cortas.

Yo ya sé con quien me voy a casar.
- Ah, sí? Y con quien?
Contigo.
Lo dijo sostenido y claro, como cuando alguien al pasar lista dice: presente.

- Sí, contigo, pero no será pronto, tampoco será lejos. Te dejaré que conozcas un par de chicas, les harás pensar que te enamoras pero en realidad sólo estarás cerciorándote de haber probado lo suficiente antes de establecerte conmigo. Yo lo veré bien, con cierto celo que duele, pero nada insoportable. Sabré muy en el fondo que pasará rápido. Yo haré lo propio o fingiré intentarlo.

Mientras tanto domesticaré mis explosiones, me reconciliaré con el mundo, desarrollaré habilidades para el hogar; para el hogar y la cama. Desperdiciaré detalles para perfeccionar los futuros. Incluso aprenderé de nuevo a andar en bicicleta.

No habrá cena ni comida, habrá celebración.
Y tú estarás seguro de haber tomado la decisión correcta. Vestirás pulcro nervioso, no demasiado de ninguno. Yo vestiré linda pero no demasiado hermosa para que cada que me siga arreglando te siga gustando igual, en el futuro.

Él escuchaba, sin inmutarse, secretamente pensaba en el anillo que permanecerá guardado al menos por dos años.


Durmieron sobre el césped.

Fly as you might

Este no es un recuento de los daños, lo llamo recuento orgásmico.
El primer orgasmo a cargo de Leonor. Una sexy dama que me dio todo sin pudor en su primera noche. También fue mi primera noche. No será la última.
El segundo orgasmo, otorgado por Paul Banks que me cantó al oído Fly as you might. Que iluminó para mi placer con colores sirena y morados. Que habló con un perfecto español que me excitó más de lo previsto. Que se veía tal y como mi falta de expectativas lo pensó.
El tercero dado por el DF, tan grande y tan limitado como siempre. Mi barrio, mi colonia, mis calles transitadas a pie. El olor, el frío, la comodidad del anonimato. Las banquetas grises, caminar de noche en la condesa. Dejarse llevar en el laberinto de las calles iguales rotuladas en negro sobre aluminio pintado de blanco.
Dormir en sábanas blancas. Dormir y no dormir boca arriba, boca abajo, de lado, con los ojos cerrados, con los ojos abiertos, con la mente en blanco.
Pasear en el cuarto con zapatillas que nunca salieron a conocer la calle, en el cuarto orgasmo. Como los 5 años que viví ahí, cuando coleccionaba pero no usaba zapatillas.
El quinto, por mis silencios cómodos disfrutando el camino. Míos porque no todos disfrutan viajar en silencio.
Superar ese fin de semana no va a ser una tarea fácil.
Superar ese fin de semana y llevar mientras éste en el bolsillo.




domingo, 13 de enero de 2013

Así fue la masacre en Autoestima city

Pasaron años para tenerlo completamente claro. Ese día fue cuando se golpeó más mi autoestima.

La neta es que no creo que tengas oportunidad.
La neta es que no creo que tengas oportunidad, dijo.
Yo había conocido a Calaco en la universidad y a sus amigos estudiantes de ingeniería. No recuerdo cuando fue, pero sí recuerdo que lo vi y era un muchacho ( todavía no era un hombre) muy guapo. Alto, delgado, barba de candado, no sé qué color de piel porque nunca he entendido la diferencia entre moreno claro, blanco, apiñonado; en fin, se llamaba Pepe y era uno de los mejores amigos de Calaco.
Ahora que lo pienso, lo vi pocas veces en realidad, pero las suficientes para denominarlo "AsuPepe". Me gustaba mucho y por lo tanto, me daba miedo hablar con él, interactuar normalmente.
No sé en qué momento fue, pero fue ese momento en que mi autoestima fue marcada para siempre, tuvo una embolia el ego y dejó de tener el potencial de estar en altos niveles. Hablaba con Calaco de lo guapo de "AsuPepe" y él lo dijo:
- La neta no creo que tengas oportunidad. Él sólo anda con viejas como de extranjeras para arriba.
No hubo necesidad de ser más específico. En esta hermosa sociedad malinchista mexicana, decir "extranjera" es adjetivo que describe exuberante belleza, piel perfecta, cuerpo muy bien formado y personalidad extrovertida
y conocedora.
Perdí la esperanza. Sí, la esperanza en "AsuPepe" y en cualquiera de los otros guapos que pudieran aparecerse en el futuro.
Obviamente no lo noté enseguida, me tomó 7 años caer en cuenta de que ese fue el round cuando mi autoestima fue noqueada. Y que, en ese entonces sin conocer lo que es PNL, esa frase me programó para que todos los siguientes cumplidos recibidos fueran tomados como frases vacías. Hasta el día de hoy ha seguido igual.
Don't get me wrong, sé que no soy un ángel de Victoria's Secret, pero tampoco la hija perdida de Carmen Salinas. Es más una onda de que compré tanto esa idea noqueadora que ahora, aunque mis personas cercanas me llamen guapa, la programación me hace no creerlo.
Es como cuando un médico dice que tienes una enfermedad fatal, y las opiniones de muchos otros médicos es que eres muy sano, en el fondo queda la espina de poder morir en cualquier momento, o que ese médico diga que no tienes nada, que fue un mal resultado el que se me dio en mi primer cita, pero tampoco quieres volver a su consulta porque podría confirmar el primer diagnóstico.
Casual.



lunes, 7 de enero de 2013

La soledad asusta más que los fantasmas

Y es que neta, tenía mucho tiempo sin llorar tanto.
Y se me fue la inspiración, quería escribir muy temprano, pero tambieén he estado pensando, en este momento de tristeza, esas cosas banales que uno piensa cuando es necesario encontrarle explicaciones sobrenaturales a las cosas que suceden, sin mayor trascendencia normales, durante la vida.
Sí, cosas como que el mundo comenzó de nuevo a desacomodarse cuando comencé a releer La insportable levedad del ser, y que seguramente la primera vez que lo leí el mundo se desacomodó y por eso abandoné su lectura esa primera vez. O que no he sido específica con el universo y por eso me manda lo que no he pedido, o que alguna vez me dijeron que los años de la vida se dan como en espiral y que cada año vives lo mismo que viviste el pasado pero en diferentes contextos, que me quemo las pestañas tratando de recordar cómo fue mi enero pasado, y el antepasado, y así.
No se sabe dónde se tienen fugas hasta que uno. sin querer, las encuentra, y al encontrarlas trata uno de repararlas sólo haciendo más grave el problema.
Sufrí por una tontería, o una tontería me hizo sufrir.
Tengo un tubo en el brazo que me impide embarazarme, situación por la cual no deja de ser necesario usar gorro para tener fiesta. Y así es.
Mi amistad erótica es un hombre muy responsable, de ciertos malos modos que a veces ya no los percibo, pero muchos menos malos modos que antes que fuera mi amistad erótica, o que quizá he adoptado también como mis malos modos.
Todo había sido tan cómodo hasta ir a recoger unos análisis de sangre el sábado por el medio día.
Resulta ser que hicimos un viaje a Veracruz para distintos motivos, yo tenía que cubrir un evento, él llevar su auto al servicio. Su ride me dió una hora más de sueño, de las dos horas que pude dormir después de haber cerrado el bar con una noche de rock tocado por mis amigos, y también me dio escuchar el disco completo de Lvia, teniendo Prototipo y Ofelia con un paisaje hermoso detrás, que mi estado provee.
Pedí permiso para retirarme del evento y alcanzarlo en la Plaza para ir a conocer una nueva. Como quien va a la tienda por un paquete de chicles, tomé mi vestido y zapatillas color sirena y me fui, llegué y caminé en tacones todo el día sin inmutarme. Hacía un frío que no es digno del puerto, y mis piernas se vistieron de venas moradas en forma de rombos. Mi cabello comenzó a rizarse sin mucho escándalo.
Pasé a un par de tiendas a ver zapatillas, muy consciente de que a los hombres no les gustan esas actividades, expresé mi consideración con miedo y respeto, quería evitar malos modos pero a la vez aprovechar la visita de tiendas que no hay en mi pueblo. Él dijo que estaba bien con una paciencia y accesibilidad que a mi miedo se le hicieron asdombrosos, incluso dijo que después de comer podríamos regresar por los tacones rojos que yo necesitaba, por que una mujer siempre necesita zapatos.
No había muchas cosas por escoger para la comida, y en esta descriptiva crónica pretendo encontrar en algún punto el espacio picado que tenía la tubería por donde me deshidraté el fin de semana, o el pedazo roto que tapaba la pintura. Pizza será y en intento de actitud sumisa bien logrado, no hablé de más al pedir ni tomé el control de la cuenta. Me sentí realizada un poquito.
Hablamos no me acuerdo de qué, y mi alien hizo que dejara de comer al poco rato. Esta parte es importante: me contó mi amistad erótica que tiene un amigo que iba en mi universidad, en sus palabras "el sabe quien soy", y le contó el 1 de enero que había soñado que yo estaba embarazada de mi amistad erótica y que nos íbamos a casar. Su amigo le dijo: -entonces ya sabes, aguas.
Desconozco si sabrá de la amistad erótica o simplemente tiene buena intuición. También me da miedo preguntar demasiado. Hay que evitar a toda costa los malos modos.
Reí, pero muy en fondo me hizo sentir incómoda aparecerme en sueños de personas que no conozco, seguramente eso hace que no descanse siempre. ¿Por qué otra persona sueña conmigo? Es como una forma bizarra de invadir mi privacidad, mi cuerpo, mis embarazos irreales y bodas que no han sucedido.
Mi amistad erótica dijo con una sonrisa mientras le daba otra mordida a su rebanada de pizza: imagina que si estuvieras esperando un "xxxxito".
Le dije a mi amistad erótica mientras ambos seguíamos comiendo la crujiente pizza, que no había que preocuparse. Esa plática ya la habíamos tenido, y yo había sido igual de honesta: si estuviera embarazada, no te diría, lo solucionaría y tú jamás te enterarías. Hay una fila de hombres queriendo estar en tu lugar, tienes una vieja con la que coger cuando quieras y cuando tú digas, no te intensea, no te hace dramas y no te pide más. No te claves, no te estreses (ahí debí haber incluído también un: esto sigue siendo casual).
¿Cómo que no intenseas?, preguntó.
-Sí.- Le dije. O sea, no te ando diciendo que si me vas a responder, que si busco un compromiso, que no veas a otras viejas. Es eso, no intensear, no hacer dramas. Y en serio, ya te lo dije, si estuviera embarazada, no te diría
Hubo una pausa muy breve de silencios que fueron interrumpidos por mi al decirle que si lo hacía sentir más tranquilo, podría hacerme una prueba de embarazo. Él dijo que sí, con un halo de tranquilidad que esbozó su cara cuando fui yo la que lo sugerí y le ahorré la incomodidad de pedírmelo; la verdad es que no hubiera sabido cómo hacerlo, le hubiera llevado los nueve meses del embarazo falso el poder pedírmelo de manera directa, o quizá un poco menos. Que no le vengan a una mujer a tratar de plantarle una idea, yo sé cómo funciona esto, y pude haberlo hecho perder más tiempo con indirectas y comentarios al respecto sólo por diversión.
Bromeé al respecto, hasta entonces al salto en bungee no se le había roto la cuerda.
No se habló más al respecto. Terminamos de comer, fuimos a mis zapaterías, me medí todo lo que quise, me compré dos pares y hubo postre. Me cargó mis bolsas de zapatos y a decir verdad me sentí incómoda, esa amabilidad no está incluída en lo casual y menos en sus malos modos. Pudo haber sido también el frío y no la incomodidad lo que se sintió raro.
Hubo partes más banales que omitiré, sí, aún más banales que todo lo descrito. Pensaba en cómo salir lo antes posible de una prueba de embarazo que de antemano sabía que sería negativa. Pensé en laboratorios cercanos y en la dificultad de mis horarios laborales. Le dije: vamos el lunes.
Error, debí haberme mantenido en el plan, pero como buena mujer independiente, terca y obstinada, busqué opciones para ir en sábado. Qué caso tenía esperar.
Le avisé al interesado que iría el sábado, que me despertara para ir antes de que cerraran y que no perdiera más tiempo. Llegó el sábado y decidí salir de la cama poco antes del medio día.
Caminé al laboratorio y como si nada, subí las escaleras con un ataque de tos y esperé. Quise decir datos personales falsos. Y aquí es donde comienza el motivo de esta entrada.
Mientras esperaba escuchar mi nombre para pasar a que ordeñaran mi brazo, comenzó a invadirme un sentimiento de culpa infundado, una sensación de vacío, un momento de soledad tan grande y desconocido que descubrí que era soledad hasta el día siguiente. Era como haberse robado algo y en vez de regresar a pagarlo, acudir a la policía para pagarlo con cárcel. Sonreí a la recepcionista y química que tomó la muestra, con esa ecuanimidad que los años han perfeccionado, con esa tranquilidad tan practicada que ya hasta parece natural. Regresé caminando a casa a esperar las dos horas en las que tendrían listo el resultado, el resultado que desde ahora sabíamos negativo.
Ya con el sobre en mano, fui a mi cama y lo abrí. Negativo. Díganme algo que no sabía antes.
Entonces llegó, llegó como el ardor de sentir un hierro caliente sobre la mano, llegó como la sensación que se tiene después de un robo, llegó la tristeza a mi pecho, a mis ojos, a mi vientre.
Por qué? es una reverenda tontería, no me entristece no estar embarazada, o haber ido a sacarme los 10 ml de sangre que pude haber perdido en una cortada de papel. Fue haber ido sola, haber ido en estas circunstancias, haber visitado un lugar para algo que yo no quería hacer y lo hice por seguir siendo accesible con alguien que quiero, por complacer lo que otro quiere y hacerlo feliz, por que después de todo soy más sumisa de lo que aparento. Porque pensé siempre que mi primer prueba de embarazo sería bajo mis términos o para mi propia tranquilidad, por que pensé que no necesito de nadie pero uno no puede rascarse y agarrar el manubrio al mismo tiempo.
Por qué estaba llorando entonces? Pues por eso, por estar sola. Por caer en cuenta de la soledad tan grande que ni toda la ropa tirada en el cuarto para que se vea lleno, la hace más leve. Por que no sabía que esto que dolía era soledad. Porque no puedo hacerlo yo sola todo. Por que no es que haya querido una compañía romántica, sólo una compañía. Por que se me reventó la cuerda del bungee.
Se abrió la llave y comenzó a brotar todo, torrente de agua salada que venía sin los dos motivos que dijo mi amistad erótica que eran los únicos motivos para llorar: felicidad o tristeza.
No era tristeza, era soledad, es soledad. Soledad en su más extensa expresión de la palabra.
Lo he pensado, creo que sería más fácil haberme acostado con él y enamorarme para llorar por desamor o un amor no correspondido, que estar llorando por ser independiente y amarrarse los cojones sola, por no creer en los cuentos romáticos y ver, hacer y decir las cosas directamente, sin moños ni lucecitas.
 Sería más fácil tener un novio que no quiera hacerse responsable de su calentura y mi pendejez. Sería más facil incluso tener la duda de estar embarazada en caso de que mi cuerpo no fuera tan estéril.
Yo también me hubiera enojado como lo hizo mi amiga si hubiera visto a alguien llorar tanto como yo lo hice esa madrugada de sábado. Qué verguenza. Qué verguenza que alguien tenga que venir a regañarme por estar chillando a lo pendejo cuando el llanto ni siquiera se le puede adjudicar a alguien. Eso sí, siempre es más facil llorar por el motivo de una persona que llorar por las pendejadas que uno comete bajo mis propias condiciones, es más facil que te pregunten ¿por quién lloras? que recibir la crítica y culpa por uno mismo y por ser su propio verdugo.
Sigo pensando que de todo lo que mi amiga me regañó, hay partes que no entiende, que el mundo no entiende, y que chance, en una de esas, ni yo misma lo entiendo pero pienso que sí.
Hay agujeros en esta historia que no son tan rosas y melódicos como parecen, y que en mi futuro se ven cómodos.
Llorar también es bueno para los conductos. Siempre y cuando esos conductos dejen de conducirme a la inminente soledad y amargura hacia la que me dirijo cual tren desbocado en una película de acción.
No ha habido diálogos imaginarios en mi llanto, porque esta vez es un llanto para mí, ocasionado por mí y que yo misma tengo que terminar de aventarle arena a este incendio para que ni humo quede.
No abran llaves que no van a cerrar y no abran puertas de lugares a donde no van a entrar.
El respeto a la sangre ajena, es la paz. Y la paz es no tener soledad porque al menos, estás contigo mismo.










miércoles, 2 de enero de 2013

Mi recuerdo favorito: Slow Hands feat. Lady Trash

La verdad es que tuve que revisar algunas carpetas de fotografías para caer a la fecha correcta de mi recuerdo favorito: 27 de Mayo de 2005.
En el corazón se siente mucho menos tiempo transcurrido.
Honestamente no recuerdo si fue entre semana, casi siempre eran los llamados "jueves de Burritos". Burritos no era más que un patio de casa con mesas patrocinadas por Sol donde se vendían, en ese entonces, cubetazos con 7 chelas por 49 pesos. Ahí tocaban mis amigos, los Lady Trash. Fue la primer banda de la que me convertí en groupiefan, muy cabrón.
Hace poco le decía a Víctor (entonces baterista, y siempre, él nunca cambió de puesto) que recuerdo con muchos detalles ese día. Ahora que revisé las fotos, me percaté que no tanto, pues no recordaba lo que llevaba puesto y usualmente esa es parte de la memoria que conservo.
Era el 2005 y yo estaba loca por Interpol. Había salido su segundo disco: Antics. Calaco, guitarrista original de Lady Trash y por quien conocí a todos los demás, cuando lo conocí por internet, tenía de nick en su usuario de Messenger: <<  Say hello to the Angels >>, sí, con todo y los signitos. Y recuerdo también que la primera interacción que tuve con él por ese medio fue decirle: te gusta interpol o sólo quieres que te digan hola?
No me critiquen, tenía 20 años y una mala historia de ligue por messenger y en vivo y por carta y todos los medios en ese entonces existentes.
Regresando al día de la memoria favorita, recuerdo haber llegado y que en la puerta de entrada (que no era más que un porton deslizable de casa), estaba Octavio cobrando a los que llegaban. Yo tarareaba NARC que había sonado en mi camino hacia Burritos como por cuarta vez, y recuerdo mucho que todos me dijeron durante la semana que había una sorpresa para mi.
En mi tarareo de NARC, llegó Calaco a la puerta y con su distinguido tacto y cortesía preguntó: por qué chingado cantas eso?
Respondí la verdad: - la venía escuchando.
Pasó la noche, seguimos bebiendo, tocaron, tocaron rolas de Lady Trash, cantamos, gritamos y llegó el turno de los covers.
Como si lo estuviera viviendo en este momento, el grupo tocaba en uno de los cuartos adaptados con mesas, en una esquina. yo estaba parada frente a ellos, del lado del bajista, era el lado derecho viéndolos de frente. Tomaba fotos todas las veces y gritaba tanto y tan armoniosamente como una guacamaya. Todavía sigo haciéndolo.
Entonces, entre canción y canción hubo una pequeña pausa, fueron segundos, segundos en los que Calaco tomó el atril del micrófono del vocalista, tiró de el hacia su boca y dijo: -Esta es para Bucles.
Comenzó a sonar entonces el bajo y guitarra de Slow Hands y recuerdo haber visto la cara sonriente de Víctor desde la batería. Grité, salté, canté, me emocioné, y seguramente puse mis manos juntas frente al pecho como lo hago cada que me emociono. También le apunté con mímica la letra a Julián, el vocalista, quien hasta esta última vez que se fue a Dinamarca, no se ha aprendido las canciones de los covers que canta.
Cerraron la noche con Where is my mind. Y mientras lo recuerdo todavía se me ilumina la cara con sonrisa de babosa. No importa que el lugar haya estado lleno de personas, la canción era para mí, fue para mi, y sigue siendo para mí. Como mi sonrisa de éxtasis al recordarlo.