miércoles, 2 de enero de 2013

Mi recuerdo favorito: Slow Hands feat. Lady Trash

La verdad es que tuve que revisar algunas carpetas de fotografías para caer a la fecha correcta de mi recuerdo favorito: 27 de Mayo de 2005.
En el corazón se siente mucho menos tiempo transcurrido.
Honestamente no recuerdo si fue entre semana, casi siempre eran los llamados "jueves de Burritos". Burritos no era más que un patio de casa con mesas patrocinadas por Sol donde se vendían, en ese entonces, cubetazos con 7 chelas por 49 pesos. Ahí tocaban mis amigos, los Lady Trash. Fue la primer banda de la que me convertí en groupiefan, muy cabrón.
Hace poco le decía a Víctor (entonces baterista, y siempre, él nunca cambió de puesto) que recuerdo con muchos detalles ese día. Ahora que revisé las fotos, me percaté que no tanto, pues no recordaba lo que llevaba puesto y usualmente esa es parte de la memoria que conservo.
Era el 2005 y yo estaba loca por Interpol. Había salido su segundo disco: Antics. Calaco, guitarrista original de Lady Trash y por quien conocí a todos los demás, cuando lo conocí por internet, tenía de nick en su usuario de Messenger: <<  Say hello to the Angels >>, sí, con todo y los signitos. Y recuerdo también que la primera interacción que tuve con él por ese medio fue decirle: te gusta interpol o sólo quieres que te digan hola?
No me critiquen, tenía 20 años y una mala historia de ligue por messenger y en vivo y por carta y todos los medios en ese entonces existentes.
Regresando al día de la memoria favorita, recuerdo haber llegado y que en la puerta de entrada (que no era más que un porton deslizable de casa), estaba Octavio cobrando a los que llegaban. Yo tarareaba NARC que había sonado en mi camino hacia Burritos como por cuarta vez, y recuerdo mucho que todos me dijeron durante la semana que había una sorpresa para mi.
En mi tarareo de NARC, llegó Calaco a la puerta y con su distinguido tacto y cortesía preguntó: por qué chingado cantas eso?
Respondí la verdad: - la venía escuchando.
Pasó la noche, seguimos bebiendo, tocaron, tocaron rolas de Lady Trash, cantamos, gritamos y llegó el turno de los covers.
Como si lo estuviera viviendo en este momento, el grupo tocaba en uno de los cuartos adaptados con mesas, en una esquina. yo estaba parada frente a ellos, del lado del bajista, era el lado derecho viéndolos de frente. Tomaba fotos todas las veces y gritaba tanto y tan armoniosamente como una guacamaya. Todavía sigo haciéndolo.
Entonces, entre canción y canción hubo una pequeña pausa, fueron segundos, segundos en los que Calaco tomó el atril del micrófono del vocalista, tiró de el hacia su boca y dijo: -Esta es para Bucles.
Comenzó a sonar entonces el bajo y guitarra de Slow Hands y recuerdo haber visto la cara sonriente de Víctor desde la batería. Grité, salté, canté, me emocioné, y seguramente puse mis manos juntas frente al pecho como lo hago cada que me emociono. También le apunté con mímica la letra a Julián, el vocalista, quien hasta esta última vez que se fue a Dinamarca, no se ha aprendido las canciones de los covers que canta.
Cerraron la noche con Where is my mind. Y mientras lo recuerdo todavía se me ilumina la cara con sonrisa de babosa. No importa que el lugar haya estado lleno de personas, la canción era para mí, fue para mi, y sigue siendo para mí. Como mi sonrisa de éxtasis al recordarlo.





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