martes, 15 de enero de 2013

Fly as you might

Este no es un recuento de los daños, lo llamo recuento orgásmico.
El primer orgasmo a cargo de Leonor. Una sexy dama que me dio todo sin pudor en su primera noche. También fue mi primera noche. No será la última.
El segundo orgasmo, otorgado por Paul Banks que me cantó al oído Fly as you might. Que iluminó para mi placer con colores sirena y morados. Que habló con un perfecto español que me excitó más de lo previsto. Que se veía tal y como mi falta de expectativas lo pensó.
El tercero dado por el DF, tan grande y tan limitado como siempre. Mi barrio, mi colonia, mis calles transitadas a pie. El olor, el frío, la comodidad del anonimato. Las banquetas grises, caminar de noche en la condesa. Dejarse llevar en el laberinto de las calles iguales rotuladas en negro sobre aluminio pintado de blanco.
Dormir en sábanas blancas. Dormir y no dormir boca arriba, boca abajo, de lado, con los ojos cerrados, con los ojos abiertos, con la mente en blanco.
Pasear en el cuarto con zapatillas que nunca salieron a conocer la calle, en el cuarto orgasmo. Como los 5 años que viví ahí, cuando coleccionaba pero no usaba zapatillas.
El quinto, por mis silencios cómodos disfrutando el camino. Míos porque no todos disfrutan viajar en silencio.
Superar ese fin de semana no va a ser una tarea fácil.
Superar ese fin de semana y llevar mientras éste en el bolsillo.




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